top of page

De las ideas valientes a los cambios que se quedan

  • Foto del escritor: BMF Consultancy
    BMF Consultancy
  • 25 nov
  • 3 Min. de lectura
ree

En las empresas no faltan las ideas ambiciosas: cambiar el modelo de negocio, abrir nuevos mercados, digitalizar procesos, reorganizar la estructura…

En las presentaciones todo encaja. Pero muchas de esas transformaciones se quedan a medias. No porque la idea sea mala, sino porque el cambio no llega a consolidarse en el día a día.

En BMF Consultancy creemos que la diferencia no está en lo grande de la idea, sino en la capacidad de convertirla en cambios que se quedan.


1. El hueco entre la idea y la realidad

Toda transformación empieza con una intuición:

  • “Así no podemos seguir.”

  • “Nos estamos quedando atrás.”

  • “Nuestro crecimiento se nos está yendo de las manos.”

Ese momento es sano: la empresa se atreve a mirarse al espejo.El problema llega después, cuando la visión tiene que convivir con:

  • agendas llenas

  • procesos heredados

  • sistemas que no ayudan

  • equipos cansados

Entre decir que se quiere cambiar y poder hacerlo hay un hueco que no se llena con más eslóganes, sino con prioridades, decisiones y renuncias.


2. Dónde se rompen de verdad las transformaciones

Tras trabajar con muchas organizaciones, vemos tres puntos donde las transformaciones suelen romperse:

  1. Cuando todo es prioritario.

    Se lanzan demasiadas iniciativas a la vez. Todas tienen sentido, pero juntas saturan la organización. La energía se dispersa y nada termina de cuajar.

  2. Cuando nadie sabe qué cambia el lunes

    Se habla de estrategia, de propósito, de nueva organización… pero si preguntas a alguien de un equipo concreto qué va a hacer distinto, duda. Si el cambio no llega al nivel de procesos, responsabilidades y formas de trabajar, se queda en discurso.

  3. Cuando se anuncia el cambio, pero no se acompaña

    Se comunica una vez, pero no se resuelven dudas, no se ajustan decisiones, no se escuchan resistencias.El mensaje oficial dice “estamos transformándonos”; la sensación interna es “nos han dejado solos”.


3. Qué hace que el cambio se quede

En los proyectos que sí funcionan, suelen darse una serie de condiciones:

Un porqué claro, entendible para todos

No solo una justificación estratégica brillante, sino un relato simple:por qué ahora, qué pasa si no cambiamos, qué ganamos y qué vamos a perder.

Pocos movimientos, pero bien elegidos

No se trata de abrir 20 frentes, sino de decidir qué 3–4 cosas mover que tengan impacto real: procesos clave, decisiones estructurales, líneas de negocio, mercados.

El cambio integrado en procesos y sistemas

La nueva forma de trabajar se refleja en cómo se decide, en cómo se mide, en cómo se organizan las reuniones.Si el cambio solo vive en un PowerPoint, desaparece en cuanto llegue la siguiente urgencia.

Liderazgo coherente

Si se predica colaboración, pero se sigue trabajando en silos; si se habla de foco, pero se abren proyectos sin parar… el cambio no se sostiene.El ejemplo manda más que cualquier discurso.


4. Cómo lo trabajamos en BMF Consultancy

En BMF Consultancy nos gusta estar justo en la frontera entre la ambición y la realidad: ahí donde las ideas valientes necesitan volverse viables.

Nuestro enfoque se apoya en cuatro pilares:

  1. Escuchar antes de proponer

    Entender qué funciona, qué duele y qué se quiere preservar. Hablar con dirección… y también con mandos y equipos.

  2. Alinear prioridades

    Ayudar a decidir qué es irrenunciable, qué puede esperar y qué hay que dejar de hacer para que el cambio sea posible.

  3. Traducir el cambio al día a día

    Bajar la transformación a procesos, roles y hábitos concretos. Que cada persona pueda responder con claridad:“Con este cambio, ¿qué hago distinto?”

  4. Acompañar hasta que el cambio se normalice

    Estar en el ajuste, en las dudas, en los pequeños conflictos. No solo diseñar, sino sostener el proceso el tiempo suficiente para que se convierta en la nueva forma de trabajar.


5. ¿En qué momento estás tú?

Quizá tu organización:

  • tiene una idea potente, pero no sabe cómo aterrizarla

  • ha anunciado una transformación y empiezan a aparecer grietas

  • siente que “algo tiene que cambiar”, pero no está claro por dónde empezar

Si es así, la pregunta no es solo qué queremos cambiar, sino qué estamos dispuestos a hacer para que el cambio se quede.

Si te reconoces en este punto y quieres contrastar mirada, en BMF estaremos encantados de escucharte y ver si tiene sentido trabajar juntos.

Porque las ideas valientes importan, sí. Pero las que transforman de verdad una empresa son las que acaban formando parte de su forma de trabajar.



Comentarios


bottom of page